Carlos Humberto López Barrios
Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, 2012.
General Otto Pérez Molina
Presidente de la República de Guatemala
De manera enérgica condenamos la intromisión del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) en el sistema judicial guatemalteco para pedir la revocación de la sentencia de 80 años de prisión en contra del dictador José Efraín Ríos Montt, por genocidio y crímenes de guerra, que de manera ignominiosa, dócil, atentatoria del estado de derecho emitió la Corte de Constitucionalidad de Guatemala el lunes 20 de mayo de 2013.
Lo anterior ofende no sólo el sentido común sino genera un retroceso en la búsqueda de la justicia y de la reposición de tanto agravio cometido en contra los familiares de las víctimas y del pueblo guatemalteco que todavía tenía un poco de credibilidad en el estado de derecho.
El prestigio y respeto que Guatemala se ganó con la sentencia del tribunal que condenó a uno de los genocidas que se ganó tantas aversiones y condenas de todo el mundo se esfumó en un minuto. La nación no debe regresar a la época de las cavernas en que se violaban leyes, se ignoraba a la sociedad, se simulaba gobernar un país, cuando en realidad el presidente era gerente de los dueños de los medios de producción y del capital, casi siempre empleados de empresas transnacionales.
El gobierno guatemalteco no puede ser rehén de los poderes económico, político, militar, de los medios y otros poderes fácticos que durante siglos han enajenado la conciencia nacional. Exigimos la independencia de los órganos legislativo, ejecutivo y judicial y el respeto por las instituciones que la frágil democracia formal ha construido con mucho esfuerzo en los últimos años.
Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos alrededor de este acto que avergüenza al mundo civilizado y no descansaremos hasta que se castigue a José Efraín Ríos Montt y a todos los responsables de la masacres que durante 36 años cometieron los distintos gobiernos electos o de facto en Guatemala, sólo por mencionar un periodo aciago en la historia del país, que sufre desde tiempos inmemoriales opresión, terror, asesinato, discriminación, explotación inmisericorde, racismo.
Sólo exigimos justicia. ¿Es mucho pedir?
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