Quimy De León
Aún nos
quedan preguntas cargadas de meses
por todos
lados se les salen los días
que ya no
se pueden contar,
no
importa cómo se llaman
ni en que
año estamos
el peso
hace más fuertes mis piernas
...camino.
Todos los
signos de interrogación
llenan mis
ciclos de 24 horas
desde que
no estás,
todavía me
quedan todas las flores
hasta que el pasado aúlle.
No les alcanzarán
ni las mentiras ni los billetes
para detener el curso de nuestro vuelo hacia el sur.
Un día tu ignorancia
arrancó palos de guayaba,
devoró colibríes,
apagó miles de luciérnagas
que habitaban
la selva de las ideas.
Yo no he perdido la mirada
cargada de certezas,
una vida y cientos de vidas
no me alcanzarán
para escuchar en tu silencio
preparado por una jauría de bestias,
nadie evade lo que nosotras escribimos
para que llegara este día
Una
dos,
tres veces
y las que sean necesarias
volveré a gritar
que te desaparecieron y a la vez estás aquí
que te arrancaron pero dejaste semillas,
que me arrancaron
que no pudieron porque con cada palabra
ambos germinamos.
Cargadas de miel,
cientos de ideas intermitentes
iluminan con su luces
las frutas jugosas de nuestros gritos,
y hacemos de este cuerpo en este tiempo
lugar de disputa de la memoria.
Que no les llegue el descanso y el perdón
engendros del mal y de la muerte.
Que la culpa y los fantasmas del olor
de las flores que cortaron,
no les dejen respirar.
Que su sangre se inunde de memoria,
que sus noches sea un tormentoso insomnio
y sus cuerpos confusos
entre dormidos y despiertos,
corran y caigan al vacío
mientras sus músculos
son carcomidos
por gusanos sin tierra.
Que el dolor lo sea todo
hasta que sientan el más sordo y enloquecedor,
ese que provoca la historia
cuando pierde fuerza de gravedad.
Que les arranquen con fórceps oxidados
uno a uno, como si fueran muelas cariadas
los sueños que robaron.
Que corran a sus siembras de terror
a cosechar miles de ojos y de voces silentes,
que les griten justicia para toda la eternidad.
Hoy, bocas abiertas
giran sorprendidas
y respiran miel.
Miles de ojos se despegan
para oír pronunciar las primeras sílabas
de la verdadera primavera.
La tierra olorosa a lluvia
permite movimientos lentos
para despertar
los brazos verdes
llenos de flores.
Intercambiamos regalos,
mujeres y hombres ixiles
traen canastos
con pan horneado de ideas
jocotes dulces de sueños firmes,
tamalitos de maíz
envueltos en hojas de la milpa
que florece con nuestros bailes.
Nosotras traemos
sal negra de Sacapulas
que lava nuestros rostros
de puños rabiosos
y los transforma en
sonrisas chapudas y gritonas.
Donde
haya espacios en blanco
escribiré
mis claveles
que
transformen la infamia
en verdes que nos hagan reír,
entonces retornaremos
a los
caminos anchos
donde nos
enamoramos.
crónica hermosa, gracias y fuerza colectiva
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