domingo, 23 de junio de 2013

¡La lucha es por la vida!


Por Mariel Aguilar-Støen



La minería tiene consecuencias que van más allá de cálculos abstractos de inversión de las empresas, regalías a gobiernos y ganancias económicas para los accionistas. Esas consecuencias las están viviendo en sus cuerpos y en sus territorios miles de seres humanos.

La organización del tiempo y de la vida cotidiana 

“La mina le ha dado un giro total a nuestro tiempo” me dijo Argelia en San Rafael las Flores, Guatemala… “antes no teníamos esa presión de estar luchando todo el tiempo, de estar en la resistencia”…” ahora a veces no tenemos tiempo ni para hacer la comida…” me dijo María.

Esta mujeres de quienes he prestado la voz, participan junto con muchas otras personas en la campaña de resistencia contra la minera “El Escobal”. “El Escobal” es el único proyecto de la compañía canadiense Tahoe resources. Entre los mayores accionistas de Tahoe se encuentra Goldcorp una de las más grandes compañías mineras del mundo.

Desde el 27 de abril de 2013 seis hombres tienen fragmentos de balas en sus cuerpos. Regresando de trabajar, se pararon a platicar en un camino público. El jefe de seguridad de la mina dio la orden a la guardia privada de la mina para que les disparara. Uno de estos hombres, un joven de 18 años, tiene un orificio de bala en el cráneo y perdió varios dientes por el impacto. Otro tiene fragmentos de bala en la espalda. Un tercero tiene destrozados los dedos del pie izquierdo. El cuarto, Marcos, un muchacho de 17 años está herido en la espalda. Este último, estudia secundaria y trabaja con su padre en un pedazo de tierra que alquilan. 

Me dijo que su sueño era estudiar en la universidad, quisiera ser músico. Toca trompeta y piano. Le gusta toda la música, pero quiere aprender a tocar música clásica. Por el momento además de estudiar y trabajar con su papá participa en la resistencia. “No nos queda tiempo para nada más” me dijo. 

El ministro de gobernación de Guatemala negó que los ciudadanos de San Rafael las Flores hubiesen sido agredidos por el personal de seguridad de la Mina San Rafael. Luego reconoció que la seguridad privada había atacado a estos seis hombres y jóvenes, dijo que los hombres habían intentado meterse a la mina. Yo sé que eso es imposible pues yo he estado en el lugar. La mina cuenta con seguridad privada, y dentro de la mina se encuentran de forma permanente más de cincuenta efectivos de la policía nacional civil. 

Estas personas fueron atacadas a balazos por el personal de la empresa privada bajo ordenes de un empleado de la mina, Alberto Rotondo. “Acabemos con esta basura” dicen que dijo al ordenar el ataque. Estos hombres que desde ahora vivirán con cicatrices que siempre asociaran con la mina se encontraban haciendo algo que es parte de su vida cotidiana, platicando en un camino público. Pero la mina ha transformado la organización del tiempo y del espacio en San Rafael las Flores y ya nada es lo que era antes.

No es el dinero 

Durante los últimos diez años América Latina se ha convertido en el centro de la inversión extranjera directa para las industrias minera y petrolera. http://www.rightsandresources.org/publication_details.php?publicationID=5914

La economía extractiva se ha fortalecido en países como Colombia y Guatemala, así como en Perú, Chile, Bolivia, México y Venezuela. América Latina es el destino principal de la inversión minera en el mundo, concentrándose en cinco países: Perú, Chile, Brasil, México y Colombia. 

Las compañías que invierten en el sector minero son Estadounidenses y Canadienses pero también una compañía Brasileña se encuentra entre las más grandes del mundo. Sin embargo, las élites nacionales juegan un papel importante en cada país, pues son compañías nacionales las que primero compran la tierra y adquieren licencias para la expansión minera, para luego venderlas a compañías extranjeras. 

A excepción de en Chile o Brasil, no existe la capacidad tecnológica para la explotación minera en la mayoría de países latinoamericanos. Las creciente demanda de minerales desde China y los lazos de este país con Canadá son uno de los factores que explica el incremento en las industrias mineras en América Latina http://www.cbc.ca/news/canada/story/2012/06/19/f-canada-china-trade.html. Los gobiernos dicen que la explotación de minerales traerá empleos y desarrollo a las áreas rurales. 

En Colombia la inversión extranjera directa en industrias extractivas aumentó en un 92% durante la última década, en Guatemala el aumento fue del 22%. En Guatemala, las explotaciones mineras han ocurrido desde principios del siglo XX pero aumentaron notablemente a partir de 1997, cuando como resultado del cambio en la legislación minera, se traspasa las operaciones mineras al sector privado y se rebajan las regalías al 1%. 

El gobierno de Álvaro Arzú, durante el cual se modificó la ley de minería, emprendió también una campaña para promover la inversión minera canadiense en Guatemala. Desde entonces la exploración minera en el país ha aumentado en un 1000%. La política minera y energética 2008-2015 declara la minería como de interés nacional para el desarrollo económico del país. 

“No es el dinero” me dijo Clara otra de las mujeres que se opone a la mina “El Escobal”. Esta mujer explica que la resistencia a la mina no está relacionada solamente con las bajas regalías que la actividad minera deja al país. Esta activista explicó las consecuencias ambientales de la actividad minera, como la deforestación, la contaminación del agua y la disminución de tierra disponible para el cultivo agrícola. 

La falta de consulta con las comunidades es otro punto importante en la resistencia. Según Clara, la actividad de la mina se inscribe en sus cuerpos. “El agua se contamina con sustancias tóxicas que al final se meten en nuestros cuerpos… en los cuerpos de nuestros hijos”.

Los conflictos entre las personas que están a favor y en contra de la mina en las comunidades donde existe minería han aumentado. También ha aumentado la venta de alcohol, drogas y la prostitución en el área.Esto era algo que nadie deseaba para sus comunidades. 

Para ellos nosotras no valemos nada 

Argelia me contó que en 2012 ella y otras mujeres de su aldea encontraron a unos trabajadores de la mina “El Escobal” en sus terrenos. Entonces ella y otras mujeres que son miembros de los consejos locales de desarrollo COCODE, retuvieron a los trabajadores de la mina. 

Exigieron que el jefe de la mina llegara a hablar con ellas. Nadie les había pedido permiso para entrar a sus tierras. Nadie les preguntó tampoco qué pensaban ellas, si estaban de acuerdo o no con que la mina se instalara en su territorio o si les parecía justa la distribución de beneficios. Nadie les informó de las consecuencias que la extracción de minerales tendría sobre sus cuerpos, su agua y sus tierras, sobre su tiempo. Como el jefe de la mina se negó a hablar con ellas, que son una autoridad local democráticamente electa, que no recibe sueldo y tampoco pertenece a ningún partido político, ellas decidieron unirse a la resistencia.

Las industrias extractivas en Latinoamérica han sido declaradas de utilidad pública con lo cual se le otorga a compañías privadas o estatales preeminencia en la explotación del agua, subsuelo, suelo y bosques, sin consultar con las poblaciones locales. La legislación ofrece seguridad jurídica a los inversores extranjeros sobre los intereses de las poblaciones locales. En el caso de Guatemala además, de acuerdo a la ley, las compañías mineras no tienen obligación de informar a las comunidades, ni siquiera a los dueños de la tierra dónde realizan exploración del subsuelo.

Muchas personas frustradas de no ser escuchadas, de sentir “que no valen nada” se unieron a la resistencia. Dicha resistencia esta organizada como una campaña pacífica que incluye, plantones enfrente de la mina, manifestaciones enfrente de la embajada de Canadá en Guatemala, y la lucha dentro del sistema jurídico del país. La resistencia organiza consultas comunitarias para que los residentes locales puedan dar su opinión sobre la mina. En el 99% de los casos, los residentes locales han rechazado la actividad minera en sus territorios. El gobierno y las empresas, ignoran deliberadamente la opinión de los vecinos.

Los indígenas y el conflicto por la tierra

El 18 de marzo fueron secuestrados cuatro lideres indígenas del pueblo xinkacuando regresaban de una consulta comunitaria con la población local. http://readersupportednews.org/news-section2/345-justice/16945-after-kidnappings-and-killing-canadian-silver-mining-project-advances-in-guatemala

Uno de ellos, Exaltación Marcos fue asesinado, dos lograron escapar, y el cuarto, Roberto González Ucelo permaneció secuestrado durante varias horas. La comunidad xinka tiene una disputa por la propiedad de su tierra con individuos que no pertenecen a su comunidad. 

Como resultado de movilizaciones de la sociedad civil en 2012, el gobierno acordó trabajar para aclarar la situación de tenencia colectiva de la tierra para la comunidad xinka de Santa María Xalapan. Pero esta misma tierra es ahora interesante para la compañía minera que ha extendido la búsqueda de minerales a un área de tres mil kilómetros cuadrados. Las personas que han usurpado la tierra de la comunidad xinka se oponen a desalojarla, más ahora que el precio de la tierra va en aumento ante la posibilidad de poder vender la tierra a la compañía minera. Los conflictos entre la población xinka y aquellos que no son xinkas han escalado durante los últimos años. 

Ha habido varios muertos como consecuencia de estos conflictos. El gobierno de Guatemala acusa sin fundamento a los lideres del pueblo xinka de ser quienes organizan la resistencia a la mina. En la resistencia participan hombres, mujeres y niños de más de quince municipios del sur oriente de Guatemala, no todos se identifican como xinkas. El pueblo xinka es un pueblo originario de Guatemala, diferente al pueblo maya. 

El estado de sitio

El gobierno de Guatemala decretó estado de sitio en San Rafael las Flores el 2 de mayo de 2013. Más de tres mil quinientos soldados se trasladaron a cuatro municipalidades en el área. ¿Yo me pregunto si el objetivo del estado de sitio fue aterrorizar a las personas que se oponen a la mina, y sobre todo a las comunidades xinkas que reclamanderechos sobre sus tierras?Durante el estado de sitio fueron arrestadas varias personas, seis de ellas se encuentran detenidas aún. Todas participan en la resistencia a la minería en San Rafael las Flores.

El estado de sitio trae recuerdos de una guerra civil que terminó hace muy poco. Hablé con Argelia tres semanas después que se había decretado el estado de sitio. Estaba angustiada. No podía comer y no lograba dormir. Pasa todo el día en zozobra. No sabe a qué horas o cuándo llegará el ejército, si llegarán a arrestarla, si la golpearán, si la violarán…“hemos oído historias de la guerra” dice. No es raro que las mujeres en San Rafael las Flores sientan terror del ejército que durante la guerra civil violo a cientos de mujeres indígenas en Guatemala. 

A su aldea no llegan los periódicos, Argelia no tiene cable, no hay computadoras en la aldea y el teléfono móviles el único medio por el cual se puede mantener en contacto con el exterior. Entre el dos y el veinticinco de mayo, Argelia casi no salió de su casa. 

Yo trato de darle ánimos, le cuento que ha habido noticias de San Rafael en periódicos de todo el mundo, le cuento que a Rotondo el jefe de seguridad de la mina está preso.Le aseguro que ella no ha cometido ningún delito. “Ya lo sé”, dice Argelia, “pero ya ve cómo es la justicia en este país, yo soy pobre, y no tengo cómo defenderme”.

Mientras escribo estas líneas pienso en el silencio que reina en la aldea, en la neblina colándose entre los pinos, en las montañas, puedo sentir el olor a tierra mojada. Mientras tanto resuenan en mi cabeza las palabras que estas mujeres y hombres me han dicho… “no estamos en contra del desarrollo, pero hay otras formas de dar empleo y de invertir, nosotros estamos luchando por el agua y por la tierra… sin eso no hay vida”.

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