Por Nelton Rivera –Prensa
Comunitaria.
La invitación de las Doce
Comunidades Kaqchikeles para iniciar la campaña “Sembrar un árbol para
cosechar vida” se había circulado por las redes sociales y correos
electrónicos con varios días de anticipación al 7 de junio 2013, día que fueron
sembrados los primeros 20 mil árboles en las montañas y cerros en la comunidad
El Pilar II.
La decisión de ir a San Juan la tome
un día antes, ese mismo viernes desperté de madrugada no recuerdo si a
las 3 o si fue a las 5 de la mañana, para llegar aproveche que las Kastajibal radio se movilizaron hasta la comunidad, ubicada en la zona occidente del
municipio de San Juan Sacatepéquez, hora de salida 6:30 de la mañana.
Como comunicador y por la
experiencia de poder acompañar la lucha de las Doce Comunidades
Kaqchileles mí expectativa fue creciendo mientras el camino se acortaba en
dirección de la comunidad, camino de terrecería llegamos a Santa Fe Ocaña y
continuamos derecho hasta encontrar las primeras imágenes de la plaza central
del Pilar II, al llegar pude ver como miles de colores tejidos se estaban concentrando.
Miles de comunitarios y comunitarias
de todas las edades estaban con herramientas en mano, un ejercito de hormigas
se estaba preparando para sembrar y devolver vida, 20 mil árboles fueron
bendecidos por el cura local, la bienvenida a cargo de los representantes de
las Doce Comunidades, un comunicado, intervenciones, saludos a las delegaciones
que asistieron, en la mesa principal las autoridades comunitarias, como
antesala de los primeros 100 árboles que fueron sembrados.
A un costado de la tarima principal
estaba la marimba sonando, morteros al cielo en 3 segundos haciendo su segunda
explosión, la agenda avanzaba con el orden programado con la rigurosidad
característica de la planificación de las y los compañeros de las Doce Comunidades.
El momento había llegado a las 11 y
media de la mañana, columnas de niños y niñas comenzaron a recibir árboles;
“por favor hay que llevar más de dos árboles, hoy debemos de sembrar 20
mil” y las kastajibal transmitiendo a un costado, junto al sonido.
Al frente los mayores, luego un
ejercito de hormigas portaban miles de árboles pequeños, todxs comenzaron el
ascenso a la montaña “El Pichol”, 20 minutos a pie montaña arriba, a la
distancia se iban dibujando multitudinarias columnas. Ese día se dedico a la
memoria de los mártires de su lucha “Hilmer Boror”, se dedico a los presos
políticos encarcelados porque en este país defender la vida es sinónimo de
delito, cuando la empresa tiene el poder.
El ascenso y el calor me recordaron
que llegar a lo alto de esa montaña no seria fácil y en un segundo con el ojo
sobre el lente esta documentado a las hormigas sobre el cerro, docenas,
cientos, miles de sanjuaneros y sanjuaneras iban apresuradamente montaña
arriba, en sus manos machete, azadón, coba y árboles, en sus espaladas bebes,
comida y más árboles.
Desde lo alto no pude detenerme,
docenas y cientos de fotografías y las hormigas continuaban el ascenso, en
descenso, en ascenso sembraban. Al
encontrarme exactamente en el medio del camino, me detuve casi 10 minutos para
disfrutar ese medio día, todas las generaciones estaban participando, sembrando
vida, la continuidad de la vida en sus comunidades, asegurando que la muerte
disfrazada de “progreso” no tendrá cabida en el mundo del pueblo Kaqchikel.
En ese instante volvi al trabajo de documentar, sobre Chimaltenango se veía la cortina de lluvia avanzando. Una, dos, varias docenas, cientos de
fotografías, que son parte de la lucha de las doce comunidades.
Mi corazón es Ixil...
Mi corazón es Kaqchikel.
Con sus manos retiraron la bolsa que resguarda la raiz,
con sus manos sembraron en tierra firme una nueva raíz.
Al resguardo de la madre: madre tierra!
Pa' Atz'an
La empresa no entiende, que la madre tierra y
las comunidades Kaqchikeles son una sola, que los niños se dan como
frutos en los árboles. Por eso es que su resistencia y lucha no da
marcha atras.
Acompaño a los árboles en el incio de compartir ambos con la responsabilidad de crecer y vivir.
Mí corazón es Kaqchikel
Miles de machetes como herramienta para trabajar la tierra,
aqui se defiende la vida.
Sembremos árboles, y ellas sembraron miles.
Cuidemos cada gota de agua... les quedo claro!
Miles de hormigas listas para sembrar vida
En sus manos todos los árboles posibles,
como posibles sus sueños de una vida mejor
Cerro "El Pichol", mañana sera un bosque
Asegurando que la muerte
disfrazada de “progreso” no tendrá cabida en el mundo del pueblo Kaqchikel.
Ellas toman la palabra, porque el presente es de ellas. (niñas Kaqchikel)
Milpa y árboles por crecer, una nueva generación que garantiza la vida
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