domingo, 21 de julio de 2013

La Cementera que no producirá cemento



 Por Nelton Rivera -Prensa Comunitaria. 

La monopólica empresa de cemento en Guatemala progresivamente va mostrando su violencia; Estado, políticos, medios de comunicación corporativos son el instrumento para imponer sus intereses empresariales sobre la dignidad del pueblo Kaqchikel. La cementera y sus monopólicos dueños intentan demostrar que su planta “la más grande de Centroamerica” avanza en su construcción. 


La prepotencia característica de estos empresarios les hace creer que imponiendo una mentira mediática de falso desarrollo, harían funcionar esta construcción, buscan justificar la impunidad de sus negocios sobre la auto determinación del pueblo, quienes con un proyecto propio de vida y desarrollo continúan rechazando a la cementera.


El viernes 19 de julio, la empresa desplegó su total irrespeto en contra de las Doce Comunidades Kaqchikeles, anunciando el inicio de la construcción de dicha planta, con la presencia del presidente Otto Pérez Molina; este despliegue  mediático, logístico, militar y político de Cementos Progreso ya había sido anticipado y previsto por la organización comunitaria. 


Miles  de hormigas inundan las montañas Sanjuaneras


Frente a la agresión del animal de concreto, las hormigas salen a defender el hormiguero. Su nivel organizativo les permite consultar en asambleas comunitarias, anticipar, convocar, organizar y prepararse para una nueva movilización.  


Es a través de sus alcaldes auxiliares y COCODES, que se preparan frente al animal gigante y regordete, ese que despoja tierra y quiere acabar y comerse a quienes ahí viven. Este animal convive en grupos reducidos o cámaras rancias empresariales. 


Y entonces picó el hormiguero: desde las cinco de la mañana comenzaron a caminar miles de personas de las comunidades de las flores, una, dos, cinco, diez, doce. Son de orígen campesino, estudiantes, obreros, artesanos, tejedoras, hombres y mujeres;  mayores, adultos, jóvenes y niños, todxs  fueron encontrándose en los caminos mojados por el sereno de la madrugada, con paso firme, avanzaron, diez, cincuenta, cien, mil y veinte mil más. 




Un mar de hormigas avanzó por uno de los caminos que conduce desde Santa Fe Ocaña hacia la comunidad de Las Trojes en la entrada de la Finca San Gabriel, lugar en donde el animal cementero pretende construir su cementera.



Sismo tras sismo, la tierra tembló en San Juan Sacatepéquez por mas de 1 hora;  un mil, diez mil y veinte mayas Kaqchikeles de todas las comunidades llegaron a la entrada del terreno que un grupo de empresarios pretende transformar en concreto para producir más concreto y que ponían la “primera piedra“ junto a autoridades sin autoridad, sin legitimidad, un alcalde y un presidente.   


Consignas, mantas, carteles, banderas negras en señal de protesta, cientos y miles en las manos de lxs comunitarios, la autoridad legítima del pueblo Kaqchikel al frente conduciendo, bastón de autoridad en mano, sus voces conduciendo ese mar de almas en ofensiva, dos de los cerros frente a la cementera fueron cubiertos por miles y miles de personas en protesta y la gente continuaba llegando. 




Toda la montaña se cubrió de descontento, rabia y enojo, pero en esa misma montaña se hizo sentir la madurez de un pueblo que organizativamente se ha desarrollado, siete años de lucha frente al animal de concreto; el sentimiento y la convicción de que los sueños y la vida no se detendrán. 



Frente a la vida de miles, una malla metálica resguardando la propiedad privada de una familia que se agenció de la tierra, mostrando indiferencia, desprecio e irresuelto frente a la voluntad de este pueblo y su Consulta Comunitaria que dijo NO a proyectos de muerte.





Del otro lado de la montaña se deja ver un pelotón de anti motines liderados por el mismo director de la Policía Telémaco Pérez, seguramente atónitos con la mirada sobre la montaña llena de hormigas multicolores con la dignidad en alto.


A las 2 de la tarde la tierra vuelve a temblar, sismo tras sismo, miles de hormigas regresan a sus comunidades, con la frente en alto, continúan en asambleas permanentes, conversando, reflexionando, decidiendo. 




"Podrían realizar uno o varios actos de instalación de la primera piedra, con acto o sin acto esta empresa en San Juan Sacatepequez no va a funcionar”...


“¿que le decimos a Cementos Progreso?”... “FUERA”...



Más de 20 mil voces, una sola fuerza comunitaria sobre la cementera que no producirá cemento.






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